Síguemos también en:

Síguemos también en: Seguir a marchabruselas en Twitter Seguir a marchabruselas en facebook Seguir a marchabruselas en tuenti seguir a marchabruselas en youtube seguir a marchabruselas en blog internacional

jueves, 28 de julio de 2011

DIARIO DE UN CAMINANTE - 27 de Julio. Día 2.

Por lo de los aspersores, que nos jodió la noche, nos hemos levantado un poco tarde. Luego nos hemos equivocado de camino, y los veinte kilómetros de hoy se han convertido en vaya uced a saber cuántos. Pero ahí estaba M.A., que no son siglas sino apodo, con la comidita puesta. Unos bocatas -no llevábamos nada más en el coche- y tres ensaladas deliciosas cortesía de las madres de las plazas de San Agustín de Guadalix y Pedrezuela, y preparadas por nuestra Rachel y bien aliñadas de mimos.
 
Y, por fin... ¡nuestra primera Asamblea! Curioso revival, como ahora verá quien la recuerde, de aquella otra e histórica de Casablanca en la que también tuve la fortuna y el honor de participar. De moderador -en la de hoy- un servidor y, claro, un desastre, y tras mi renuncia formal, Jack, de Acampada BCN-Marcha Nordeste. Mis compis han sido benévolos y me dicen que no lo he hecho mal, pero el cambio de moderador ha sido providencial. Total, que la cosa ha dado para nuestras presentaciones -razón por la cual la periodista nos ha tenido que llamar tres veces desde Rusia-, para tratar el tema de la prensa -no saben que tenemos a alguien que habla ruso perfectamente-, para montar algunos grupos de trabajo de emergencia -"Cena de Hoy, Que No Grupo Cerrado De Cocina", "Ruta", no tengo claro si de hoy o para más adelante, y "Dinamización para la Asamblea Popular de Hoy". Por mi parte, he ido a la Asamblea, obviamente sin cargo.
 
La experiencia ha sido indescriptible. Era a las ocho. Llegamos a menos cinco. Grupos en la plaza, un parquecito cerca del Ayuntamiento -en cuya plaza no se puede acampar ni asamblear porque es un párking-, en los bancos alrededor de un gran parterre central ovalado de césped. Varias familias, y dos chicas muy jóvenes con aspecto de makineras que nos han mirado como si estuviéramos majaras -y de hecho no han dudado en afirmarlo-. Enrique, también de BCN, que se sienta en el suelo en la explanada, megáfono en mano, y se pone a hablar muy tranquilo de las cuestiones políticas más candentes. Mucho rato.
 
Entonces ha empezado a llegar gente. Primero, un par de curiosos, y después un grupo selecto, pequeño, de gente que se había enterado de la Asamblea hoy mismo a través de no sé muy bien qué canales -la verdad-. Una de las compañeras traía consigo, ya que estoy, un invento genial. La Pancarta Reciclable. Y además era perfecta. Una cortina blanca reciclada, con las anillas de la otra cortina del par cosidas en el lado opuesto a las propias, y para escribir tiras de tela de colores fijadas con alfileres. Con unas puntadas el resultado es mejor, pero a una niña de seis años, una niña del Movimiento, y a mí, no nos daba más que para los alfileres y con eso nos hemos apañado la mar de bien. También han ido llegando varios compañeros de la Marcha, a cumplir haciendo bulto con nosotros -que se nos vea, esa es la consigna-. Al final, francamente, maravilloso. Los compas eran todos del turno de día, lo cual se agradece, y gente lista, con cosas que contar y tantas razones para indignarse como todos, o más. La escuela pública local de primaria, por ejemplo, servirá como laboratorio el próximo curso para nuevo proyecto educativo de Doña Esperanza Aguirre: clases de niños listos, y clase de niños tontos. Y hablo de niños de seis años.
 
Terminando ya: que la Asamblea SAG, una parte de la de la Sierra Norte, es un gusto por el que recomiendo a todo el mundo que se pase. Que esto mola y promete, y que os dejo con una gente maravillosa a la que he conocido aquí y desde cuya casa os escribo. Gracias por la cervecita y por todo lo demás.
 
Alberto y Helen: ÁNIMO A TODOS! Estamos muy orgullosos de estas bellas personas que se parten las piernas por representarnos a tod@s. Gracias por recordarnos que se puede y que es muy necesario hablar sin miedo y con mucho respeto.

miércoles, 27 de julio de 2011

DIARIO DE UN CAMINANTE - 26 de Julio. Día 1


He llegado a Sol hacia las cinco y veinte. El ambiente allí era festivo, repleto de besos, abrazos, música y sonrisas, y también de periodistas que trinchándonos con sus cámaras y sus micrófonos celebraban su propio festín. Ya sabéis: preguntas cortas, respuestas cortas. Un espectáculo sencillo, instantáneo, curiosidad fácil de olvidar y de esconder detrás de otras curiosidades. Por una vez, arrastrados por una euforia comprensible e inocente, hemos olvidado nuestra indignación y nos hemos dejado fotografiar, filmar, grabar, entrevistar... Yo también, según me han dicho, he salido en la tele. Gracias, Mimi, por ese mensaje.

Total, que entre pitos, fotos, perros y flautas hemos terminado por salir de Sol tres cuartos de hora más tarde de lo anunciado, es decir a las siete menos cuarto, y acompañados por tal vez doscientos compañeros y tal vez cuatrocientas mil cámaras, los setenta caminantes que actualmente conformamos la Marcha Popular a Bruselas hemos enfilado la calle Alcalá en dirección a Cibeles y al Ayuntamiento, donde ya hemos dejado el recado a Don Alberto de que va a pagar por lo del agua en el paseo del Prado. Por cada hora de sed y suciedad a la que por sus santos cojones decidió condenar a unos pocos centenares de personas cuyo único delito ha sido dejarse los pies en el asfalto para no pagarle la gasolina a sus amigotes de las petroleras. Tomad el testigo, por favor, compañerxs de Madrid, porque muchxs de lxs afectadxs ya están lejos y esto, como tantas otras cosas, os toca a vosotrxs: duro y a la encía, que para eso está Legal.

Por lo demás, la moral alta y el camino alegre. Paso a paso hemos cruzado Recoletos y la Castellana -nada que destacar. Indiferencia mutua-, y de ahí nos hemos internado en el barrio obrero de Fuencarral, barrio que a mis 32 años de madrileño creo que jamás había pisado. Las casas tristes, la gente alegre. Lo de siempre, en todo el mundo. Mucho apoyo, y voces de ánimo desde las ventanas y las terracitas de las aceras. Gracias, Fuencarral.

Hecho curioso: a la altura de la EMT hay un puente que pasa sobre la M40 que, como todos los puentes de Madrid, pedía a gritos una acción, que es lo que a nosotrxs nos gusta que nos pidan los puentes. Así, hemos colgado nuestra pancarta de la barandilla y posado ante los conductores. Movimiento Quince Eme, oiga usted. Que nos vamos a Bruselas. Saltos, gritos y sonrisas. A nuestro estilo. ¿Reacciones? Agarraos, que esta es buena: la única ha sido la de un zeta de la Municipal, que muy simpáticos nos han dedicado una ráfaga de sirena. Ver para creer. Soñar para  actuar. Insistir para vivir. Don Alberto, jódete.

Y de Fuencarral a Alcobendas por la Vieja Carretera con más sorpresas del mismo pelo. Dispositivo de la Guardia Civil que se presenta. Lo menos cuatro o cinco coches -hasta uno camuflado-. Teniente de la Guardia Civil que se baja del coche. "Buenas noches. Venimos a ayudar". Y tal cual, oye. Con una escolta que ni el Rey -cruzaban los coches en la carretera, y todo, para evitarnos peligros-, y con mucha calma hemos llegado por fin a Alcobendas donde se han sumado al efectivo otros tres o cuatro patrullas, esta vez de la Local de aquí. Mismo show. "Buenas noches, nosotros también estamos aquí para ayudarles. ¿Dónde quieren ir?" "Al parque de Navarra a ducharnos, y al de Cantabria para cenar y dormir, si está usted de acuerdo". El poli está de acuerdo, yo le pido que por favor, por favor, lo manifieste a nuestra manera... y va el tipo y agita las manos. Lo juro. Lo he visto con mis propios ojos.

Y, bueno, ahora es la una y media, me levanto dentro de cuatro horas y estoy aún sin cenar. Gracias, Javi de la Asamblea de Alco Sanse, por recibirme dos horas tarde y con tan buena cara, por prestarme tu ducha y tu ordenador, y por ser tan majo y tan Quince Eme.

Salud a todxs.
P.D.- ¡Ah, sí! Y gracias al Ayuntamiento de Alcobendas por no desconectar los aspersores del parque de Cantabria, y por la ducha que nos han dado a las tres de la mañana. ¡Qué bonito!